La Dra. Silvia Pérez Acal, especialista en rodilla trata con frecuencia los síntomas asociados con la artritis en esta articulación. Se trata de una condición de salud musculo esquelética que viene dada por una inflamación, y, aunque hay muchos tipos de artritis, el más común es la osteoartritis. Para entender por qué se produce, es necesario que sepan que los extremos del hueso de la espinilla y del hueso del muslo están cubiertos por un cartílago que es el que facilita el movimiento y que permite que los extremos se muevan unos contra otros, sin que se generen daños por fricción; sin embargo, en las personas con osteoartritis, el cartílago articular se va erosionando gradualmente.
El cuadro sintomatológico de la artritis incluye rigidez, que es el síntoma del que más frecuentemente se quejan los pacientes; así como hinchazón y dificultad de movimiento. Además, hay personas que afirman que les crujen las rodillas, lo cual no resulta extraño si se toma en cuenta que la enfermedad consiste, precisamente, en un adelgazamiento progresivo del cartílago, que ayuda a que los huesos se muevan entre sí con suavidad. A esta condición sonora se le conoce como crepitación.
Las causas que reconocen los traumatólogos en Mérida son diversas y no se han podido comprender a plenitud. La comunidad médica sabe que el riesgo de desarrollar osteoartritis aumenta con la edad, aunque también se considera que hay factores hereditarios que desempeñan un papel crucial en su aparición. Cabe aclarar, por otro lado, que, si bien el ejercicio físico no es un factor desencadenante de artritis, el abuso de las rutinas deportivas, llevando el cuerpo al límite, puede perjudicar la salud músculo-esquelética. Las lesiones en la articulación de la rodilla pueden derivar en osteoartritis en edades avanzadas. Una de esas lesiones que contribuyen a la aparición de la enfermedad es el desgarro en el cartílago meniscal, el tejido que actúa como amortiguador en la circulación.
Para paliar la condición, los ortopedistas en Mérida pueden considerar necesario el uso de calmantes prescritos, como el paracetamol y el ibuprofeno, que ayudan a reducir el dolor y la inflamación; sin embargo, es necesario que tengan en cuenta que estos medicamentos solo deben ingerirlos si nuestros especialistas se los han recetado en consulta, porque la automedicación puede poner en riesgo sus vidas.
Otro tratamiento efectivo consiste en frotarse cremas antiinflamatorias, de manera que se reduzca el dolor, aunque esto podría tener poca o ninguna efectividad si la condición se encuentra en estadios avanzados. A menudo, una inyección de esteroides recetada por los expertos, puede bastar, pero también suelen emplearse otras medidas, como suplementos de glucosamina, terapia física y, en casos extremos, la cirugía podría ser de mucha utilidad.
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